Entrevista a Sundar Man Shakya, antiguo guía de montaña.
Kathmandú es una ciudad muy extensa. La mayor parte de sus casas no superan las cuatro alturas. Si bien es verdad que hay edificios de nueva construcción, con materiales más resistentes, abundan las casas de ladrillo y adobe, en las que se utilizaba madera y barro. Cuando en Abril de 2015 sucedió el terremoto, las casas que más sufrieron fueron las más antiguas, casas familiares y de pequeña altura, que al igual que los antiguos templos, no han resistido las sacudidas.
Los daños se aprecian en las calles, pero es cuando te metes dentro de los pequeños patios de vecinos cuando ves lo que de verdad se ha destruido.
Sundarma Shakya es un antiguo guía de montaña al que le llamó la atención nuestra peculiar forma de visitar la ciudad. En una pequeña calle por la que para caminar tenías que andar esquivando puntales de las fachadas y montones de ladrillo, nos encontramos con este vecino que tras contarle lo que estábamos haciendo nos invitó a conocer su antigua casa, o lo poco que quedaba de ella.
Entrando por un pequeño pasillo al que se accedía por una puerta en la que te tenías que agachar para no darte con la cabeza, se accedía a un patio interior en cuyo centro había un pequeño monumento para el rezo.
Nada más entrar te llamaba la atención una fachada de madera en el lado derecho que se mantenía a duras penas sujeta por unos largos puntales de madera. Más aún nos sorprendimos cuando por una de las ventanas del primer piso se asomó una anciana, extrañada y curiosa de ver allí a tres forasteros. Era su casa, un hogar que se sujetaba a duras penas y que el gobierno había catalogado como no habitable, pero que iba a hacer esa señora, no tenía otro sitio donde ir.
Al lado de esta casa, en el rincón derecho del patio, había un montón de escombros, era la casa de Sundarman, que se había caído por completo. El tuvo suerte, no había nadie dentro en el momento del terremoto, y un amigo suyo le había acogido en su casa provisionalmente.